Edificio de Viviendas «Montero Calvo»
Ha escrito este artículo: Ruben_HC | ruheca
Transitando una de las principales plazas de Valladolid, bien sea tomando una foto en la fuente de la bola del mundo (de la que pocos conocen que su nombre es «Bimbis«), acudiendo al mercado o simplemente paseando, el curioso visitante descubrirá en una de sus esquinas un sugerente edificio blanco que parece querer entrar en la plaza cual barco llegando a puerto.
Se trata del edificio conocido como «Montero Calvo» por la calle en la que tiene su acceso, y es uno de los edificios mas conocidos del Valladolid del siglo pasado que inexplicablemente no forma parte del registro del Docomomo ibérico que recoge los edificios destacados del Movimiento Moderno para su valoración y conservación.
Tal vez la razón sea el precario estado en el que estaba antes de su última intervención en 1992-4 cuando los arquitectos Salvador Mata y Alfonso Basterra recuperaron el edificio. Pues es probable que con decir «recuperaron» nos quedemos cortos, ya que tal era el estado de deterioro y tergiversación del edificio original debido a reformas acontecidas en los años 80 que sus últimos autores introdujeron bastantes elementos nuevos en busca de recuperar la estética inicial y poner en valor lo encontrado.
El edificio original fue proyectado por Jacobo Romero en 1929, o no tanto, porque lo que se construyó en ese año fue el proyecto de «reforma de fachada y levante de dos plantas» sobre un edificio preexistente de principios de siglo de corte modernista. Parece claro pues que, aunque no se le puede atribuir a Jacobo Romero el lugar de por sí desde el inicio de su concepción, si lo que le hace reconocible: su imagen y sobretodo sus esquinas.
Y es que lo primero que salta a la vista de este edificio es precisamente su fachada, esa fachada que se eleva incluso por encima de la cubierta en una sugerente esquina curva que gana altura avanzando hacia la plaza de España albergando tras ella un ático de envidiables vistas con la inscripción 1929-1994, fecha de su creación y fecha de su recuperación.
El edificio quiere hacerse notar, y la mejor manera en una ciudad tan compactada como lo es el Valladolid burgués es aprovechar las rendijas que se forman entre calles y dejan entrever sus esquinas. Así, si hacia la plaza España muestra su perfil mas imponente, hacia la calle Duque de la Victoria eleva un estilizado torreón que vuela de la fachada sin llegar a tocar el suelo para elevarse hacia las alturas.
La fachada en si destaca por su corte racionalista de sobrio lenguaje en cuanto a forma, estucado y color junto al ritmo de huecos. Una composición que continúa la verticalidad de las esquinas con la proporción de sus huecos para elevar el edificio hacia las alturas desde su planta noble, sólo dividida por las impostas que rompen esa verticalidad en dos puntos: en su primer nivel noble, mas libres y ornamentadas, y en el último, mucho mas sobria y amplia casi a modo de cornisa.
Una composición simple que sirve de base a otros elementos como los detallados herrajes metálicos en los antepechos de las ventanas, las barandillas balcones hacia la calle de la Alegría (cuyo nombre viene de esta curiosa anécdota) y la cancela de hierro del portal de acceso. Elementos forjados en hierro que amenizan el conjunto e inspiran a sus intervenciones futuras como ocurrió con los elegantes portones de la tienda de ropa RR colocados en 1994.
Y es que tan conocido es este edificio en el mundillo por su fachada y su expresionista esquina como por la buena integración de sus locales. Tanto en las carpinterías de la farmacia y su vecina tienda de ropa cuyo portón ya hemos mencionado, como en la tipografía y composición de letreros tanto de la farmacia, de la tienda Raquel Redondo y de la nostálgica mercería Kioto, hoy desaparecida.
Galería de fotos y planos
Fotos cortesía de Rubén_HC | ruheca.com | Planos de matayasociados y Archivo Municipal de Valladolid
