Situada en la calle Colmenares, una de las vías que enlazan a la muy transitada e icónica Acera de Recoletos, se sitúa una moderna mímesis de la edificación entre medianeras tradicional de esta zona de Valladolid.

La vecina clínica Ginecológica Recoletos requirió una ampliación de sus intalaciones para lo cual, bajo la guía del arquitecto autor de la primera instalación, optó por colonizar el vecino edificio de su calle dando lugar a un espacio unido pero de diferente entidad, una ampliación.

Sobre el edificio preexistente encontrado por aquel entonces en avanzado estado de abandono y deterioro, se realizó una primera propuesta de ampliación en altura del mismo conservándolo. Propuesta que al final no fue posible llevar a cabo.

En su lugar, se derribó la fachada existente reconstruyendo un nuevo volumen cuya envolvente hacia la calle muestra una mimética reinterpretación de la edificación original. Se respetaron escrupulosamente las alturas de cornisa, líneas de imposta y composición de la fachada original materializadas con materiales modernos compatibles con la herencia del contexto como son el ladrillo caravista aplantillado con tendeles y llagas mínimas al estilo de la fabrica original, perfiles metálicos rememorando los verdugados del zócalo y carpintería metálica junto al vidrio para crear una interpretación actual del tradicional balcón en galería.

La composición y anchos de huecos son los mismos que los del proyecto original, no obstante se han simplificado y esencializado las líneas de molduras impostas y recercados, entendiéndose como una reinterpretación y actualización del lenguaje preexistente aceptable al tratarse de una obra de nueva edificación. Actuaciones como la colocación de rejillas de ventilación sobre las puertas en planta baja y la correspondencia entre la puerta del garaje y el balcón persiguen una composición equilibrada y armónica del alzado adaptado a las necesidades actuales.

Toda intervención en entorno histórico debe tener especial cuidado en su relación con el entorno, en su imagen. De ahí se perciben estos aspectos de especial cuidado en la fachada a la Calle Colmenares, consiguiendo con ello insertar un edificio de lenguaje moderno perfectamente integrado en un entorno consolidado tradicional, a la vez que diferenciado del resto de edificaciones históricas.

Su fachada interior, generada por la creación de un patio en el fondo de la parcela, exenta de esa responsabilidad para con el entorno asume un lenguaje mas sencillo y moderno en un blanco simple con ventanas alargadas bajo horizontales aleros que protegen del soleamiento excesivo.

En su interior el espacio responde a una organización sencilla dentro de la que destaca la nueva escalera de chapa autoportante y peldañeado de madera de jatoba que va cosiendo el espacio en sección mediante su estrategia formal en una especie de «cinta» que se eleva formada por el peto y pasamanos materializados en una chapa continua pintada de color carmín.

Posteriormente, en el año 2009, el estudio vallisoletano daar Arquitectura llevó a cabo una reforma interior en la planta baja de la clínica mediante materiales cálidos en base a nuevas necesidades de la propiedad.

Fotos cortesía de Salvador Mata Pérez (Autor: © Juan Carlos Quindós y Javier Encinas Hernández) | Planos cedidos por Salvador Mata Pérez