ENTREVISTAS – Oscar Ares Álvarez
Quedamos con Óscar Ares en su estudio una calurosa tarde del estío mesetario. Nos recibe amablemente. Viste de manera informal con una camisa blanca arremangada y pantalones grises. No usa reloj pero el teléfono móvil siempre le acompaña.
Óscar es uno de los arquitectos del momento. Poco a poco ha ido hilvanando una obra construida sólida y coherente en la que se nota el mimo a cada detalle y el no dejar nada al azar. Sus últimas creaciones acumulan premios de toda índole pero sin duda, para él, el más importante es el XIV BEAU por su residencia para mayores en Aldeamayor de San Martín.
Además de su labor al frente del estudio Contextos de Arquitectura y Urbanismo, es arquitecto municipal, profesor en la Escuela de Arquitectura, escribe artículos, da conferencias… sin duda un arquitecto multidisciplinar al que le faltan horas en el día.
Aún así nos atiende y mientras las preguntas y respuestas van fluyendo no para de gesticular, de esbozar las ideas que transmite con el movimiento de sus manos acompañado de una mirada vívida y curiosa que denota su pasión por lo que hace.
BLOQUE 1: ACERCA DEL ENTREVISTADO.
La tecnología es fundamental, pero no puede suplantar a la arquitectura
- ¿Quién es Óscar Ares? Defínete, diferénciate
Algunas veces me gustaría a mí saberlo, … sinceramente, un arquitecto que tiene mucha ilusión. Que cree en las personas para poder hacer buena arquitectura.
- ¿Qué estilo tiene Óscar Ares?
Yo creo que el estilo no existe. Escuché a Ezquiaga decir que somos como los médicos, tenemos unos conocimientos generales pero a cada paciente le aplican un tratamiento específico e individual, eso debería ser la arquitectura, en función de cada problema o complejidad debemos aplicar una solución concreta.
- ¿Qué te inspira a la hora de proyectar? ¿algo fuera de la arquitectura?
La lectura y el paisaje. El paisaje es la parte fundamental a la hora de inspirar, tiene todas las claves para poder generar el proyecto
- ¿Cómo fueron tus inicios en el mundo profesional?
Año 98, empiezas trabajando en otros estudios, después monté con unos compañeros un estudio, fueron unos años de formación, muy felices.
En 2012 me independicé y es cuando llega una época de madurez, con Bárbara y muchos otros compañeros.
- Qué obra crees que es la primera de esta época más madura.
Creo que es el Centro de Interpretación de la Resina, en Traspinedo. Algo hace clic y empiezas a ver cosas que no veías, es el punto de arranque de esta etapa.
- A otros entrevistados les hemos preguntado sobre las nuevas, que ya no son nuevas, tecnologías. Por tu edad has desarrollado todo tu vida profesional delante de un ordenador, ¿qué aporta y qué quita la tecnología al proyecto de arquitectura?
¿Qué opinas del BIM?, ¿lo aplicáis?
Ay el BIM (ríe). La tecnología es fundamental, pero no puede suplantar a la arquitectura, qué es algo que veo últimamente, un exceso de imagen frente a un defecto de idea, de proyecto. La tecnología es un medio, excelente, pero nunca puede desplazar al croquis que es la parte angular.
El BiM puede ser fantástico. Es una herramienta de precisión, pero solo una herramienta.
Solo genera un problema, la inmediatez, se quiere ver el resultado final cuando apenas está desarrollado.
- ¿Trabajas solo? ¿tienes colaboradores clave?
Ahora mismo, aquí en el estudio, somos nueve personas
Ha entrado y salido mucha gente pero todos son amigos, es lo importante, que los colaboradores se conviertan en amigos. No existen jerarquías, queremos crear una familia y los proyectos salen porque todos tenemos responsabilidad.
Tengo mucho que agradecer a Bárbara, tantos años juntos, una persona fiel , una gran arquitecta y es el 50% de contexto de arquitectura, si no más.
- Actualmente, en esta época, ¿qué tipo de trabajo estás desarrollando?
Estamos en un periodo muy ilusionante para el estudio, con varios proyectos encima de la mesa que abarcan distintas escalas que de alguna manera son muy especiales e importantes para nosotros y creo que van a marcar una importante segunda etapa.
Tenemos varios proyectos residenciales; pero sobre todo estamos bastantes emocionados con una residencia de mayores que vamos a empezar en la C/ Mieses; así como con la rehabilitación del parque de Jardinillos en Palencia.
- Una vivienda, ¿cómo afrontas un proyecto tan personal?
Es lo más difícil de todo, lo sabemos todos, encontrarse con alguien cuyos sueños debes satisfacer al mismo tiempo que darle una calidad espacial.
En una vivienda unifamiliar hablas con los usuarios finales, con quienes van a vivir allí, es la mayor inversión de su vida. Estás luchando por que tengan la mejor casa pero a la vez ellos vienen con temas preestablecidos, es un tour de force. El problemas es que en este tipo de proyectos es donde más se manifiesta uno de los problemas de esta sociedad: las personas no se dejan aconsejar y vienen con verdades establecidas y absolutas.
- Los temas que te interesan, tu tesis, ¿en qué proyectos puedes desarrollarlo mejor?
Principalmente en los proyectos residenciales para personas mayores o comunidades educativas, para sectores, más vulnerables. Porque son campos más abiertos, con menos conceptos preconcebidos, hay la oportunidad de generar espacios intermedios, espacios de relación, …
Me siento más cómodo en un programa en el que las cuestiones psicológicas son importantes ya que puedes conseguir resultados, no diré experimentales, pero sí más allá de lo estereotipado y con una mayor carga de compromiso social.
- ¿Cómo ves la relación entre el arquitecto y la sociedad?
Hay ciertas ideas preconcebidas, pero la gente sabe lo que es bueno, ve lo que se hace en otros sitios y se va dando cuenta, quiero eso.
Me decía el año pasado Vázquez Consuegra, “Óscar, hay que enamorar, lo que hay que hacer es enamorar”, tienes que conseguir que confíen en ti, no podemos ser fríos, somos un servicio social. El arquitecto tiene una gran responsabilidad social.
Piensa en la historia, Alvar Aalto, Mies, Jacobsen. De Aalto se ha destacado su dialéctica, capaz de hablar de cualquier tema, arrollador. Mies, lo mismo. Todos hemos comprobado como en la escuela había compañeros estudiantes muy brillantes a quienes le faltaba el imprescindible don social, no para convencer, sino para mostrar las bondades de una idea.
- ¿A qué proyecto le tienes más cariño?
Siempre al último.
La residencia de mayores en Aldeamayor ha supuesto que nos conocieran en muchos sitios, un gran reconocimiento, muy publicado. Siempre tendré que agradecer a su promotora, Ana, que nos diera la oportunidad.
Pero siempre al último, al último construido, terminado. Cuando dibujas, el proyecto lo tienes en la cabeza, te lo imaginas en la cabeza, la luz, los materiales. Ningún código de dibujo puede expresar las sensaciones que pensamos, cómo toca la luz a ese material, los colores, la madera.
- ¿Alguna anécdota curiosa que te haya pasado en alguno de tus proyectos/obras?
Hay muchas, pero no sé si se deben contar (risas), no se me ocurre ninguna reseñable.
- Más allá de lo comúnmente entendido por arquitectura (edificios)…¿ Por qué campos te mueves?¿ Mobiliario, cuadernos de viaje, pintura, teoría, divulgación…? ¿por qué?
Llevo como un año y medio sin escribir y quiero recuperarlo, escribir te ayuda a comprender. Tengo un montón de artículos en la cabeza, anotaciones, diarios que llevo haciendo desde hace catorce años.
Ayudo también a organizar congresos, estamos preparando uno relacionado con el TEAM X en España y Portugal que se va a celebrar en Oporto en noviembre …
- ¿Cómo describirías el momento laboral actual para un arquitecto?
Es un momento muy interesante, no soy pesimista, al contrario. En todas las escuelas se sigue en la idea de que arquitecto es el que construye, y no es verdad.
Vivimos en los albores de la realidad virtual, que va a exigir diseñar espacios, que no serán construidos. Me fascina ver fuera de España dos categorías de premios, proyectos construidos y proyectos no construidos, estamos en los albores de un momento interesantísimo en el que los arquitectos podemos aportar mucho. Tal vez las próximas ciudades ideales que construyamos sean virtuales y conectadas en red y los arquitectos tengamos mucho que aportar a las mismas.
- Háblanos un poco de los concursos de arquitectura, ¿son útiles, son un mal necesario, se plantean bien?, ¿los concursos privados?
Yo, en general, estoy bastante decepcionado con el tema de los concursos. Las administraciones están empleando mal la figura del concurso, actuando como si viviéramos en una especie de despotismo ilustrado. Desde las Administraciones se habla de las necesidades del ciudadano, pero al final los proyectos son seleccionados, principalmente, por una baja económica, independientemente de que sean buenos o malos para el ciudadano. ¿Eso no es una gran contradicción?
En los años 80 existían los concursos de ideas, que desaparecieron. ¿Es que las ideas hoy en día son un problema?
Prima la condición económica, los honorarios de los arquitectos, que es mínima respecto al total de la obra. Es sorprendente. Como consecuencia, el detrimento de la calidad de los proyectos -porque hacer un buen proyecto es una cuestión de contar con muchos y buenos profesionales que tienen sus honorarios -y en consecuencia repercute en los usuarios.
En estas condiciones, la administración no nos puede pedir que haya buena arquitectura. Si reclamamos una sanidad digna, ¿por qué no vamos a reclamar una arquitectura digna?
BLOQUE 2: PROFESIÓN, ENSEÑANZA Y SOCIEDAD.
Yo creo que las redes sociales son una oportunidad, un camino que se abre. Por eso están en crisis las revistas de arquitectura, porque la figura del mediador ha desparecido.
- En Arquitectura, parece haber dos tendencias entre la que busca el equilibrio de hacer las cosas bien y que gusten al gran público ( calidad sin extravagancia) y la arquitectura bien hecha pero sobre todo estética que gusta especialmente a arquitectos pero no siempre al gran público. ¿Qué opinas de ellas? ¿Equilibrio?
El otro día iba en el tren, entre Berlín y Hamburgo, e iba viendo que todas las casas eran las típicas casas alemanas, con tejados oscuros a dos aguas, etc. Y entonces piensas: “Hemos fracasado”. La gente no quiere nuestro lenguaje.
A veces tengo la sensación que sólo sabemos hablar entre nosotros, y que proyectamos para nuestras publicaciones. La Arquitectura Moderna tiene más de 100 años y se sigue construyendo el cottage, la casa alemana, la casa de Tierra de Campos.
- ¿Qué le dirías a alguien que se pregunta para qué sirve un arquitecto?
Podríamos ponernos cursis y decir que es alguien capaz de transformar tus pensamientos en una realidad, puede ser. Pero creo más que somos un vehículo de ideas y de ilusiones, que no debe olvidar su función social. Somos empleados de la sociedad.
- Hablemos sobre la difusión de la arquitectura, tú te prodigas mucho en redes sociales, medios de comunicación. No es frecuente en esta profesión.
Es muy importante, las redes han democratizado la visibilidad de la arquitectura. Hace veinte años la residencia de mayores en Aldemayor habría tenido, quizás, cierta aceptación local y nada más. Bauman, por ejemplo, habla de que en el arte siempre han existido los mediadores, que decían qué es lo que está bien, o que no, lo que hay que publicar, la tendencia a seguir… ahora mismo el mediador ha desaparecido y todo es más directo.
Yo creo que las redes sociales son una oportunidad, un camino que se abre. Por eso están en crisis las revistas de arquitectura, porque la figura del mediador ha desparecido.
Pero también es cierto que la figura del mediador tenía sus cosas malas y sus cosas buenas; ahora se publica absolutamente todo. Sin embargo hay una diferencia esencial: el criterio lo tienes que establecer tú, y la verdad, prefiero ser yo quien seleccione a que me impongan. He estado años viendo revistas de arquitectos muy interesantes, sí, pero ahora me doy cuenta de lo que me he perdido, arquitectos que he descubierto después, que estaban fuera del circuito oficial de publicaciones.
- Tú has terminado la carrera hace, relativamente, poco tiempo, ¿qué diferencias notas entre tú y tus compañeros y tus alumnos?
Los alumnos actuales son un diamante en bruto, tengo muchísima fe en la gente joven, en la gente que está estudiando. Gente muy preparada y con la misma ilusión que teníamos nosotros.
Hace poco leía un texto de Baudelaire que hablaba de lo mal preparada que estaba la nueva generación de estudiantes, unos ineptos, ,no sabían latín, etc.
Parece que cada generación se cree la importante en detrimento de la que viene; luego el hijo quiere matar al padre.
- Qué le aconsejas a un estudiante de primer año de Arquitectura o a un recién titulado que se pregunta ¿y ahora qué hago?
Para un arquitecto joven, recién salido, lo primero que le diría es que se fuera al extranjero. Aun no tendrá presiones familiares, es el momento y abriendo los ojos se aprende mucho, no añorando el terruño sino abriendo los ojos y aprendiendo de todo, de los lugares, su comida, el ocio. Es una base fundamental para la formación de la persona no solo del arquitecto … es el consejo que le daría.
Eso, y aprender idiomas y tecnología; BIM por supuesto.
- ¿Ha cambiado algo con la nota de corte, menos exigencia?
Evidentemente se ha notado, la nota de corte es ahora un 5 sobre 14, probablemente a nivel académico no sea lo mismo. Pero es una medida de ciertas actitudes intelectuales ya que hay personas que eran brillantes en el instituto y que fracasan en la Universidad y viceversa. Lo que hace falta es actitud, no nota.
Lo que si noto es una presión tremenda, por Bolonia, una vorágine de entregas y exámenes que desvirtúa las capacidades de cada alumno.
- ¿Qué opinas de la enseñanza de la Arquitectura? ¿Qué cambiarías?
En las escuelas seguimos enseñando el mundo que se va, no el mundo que viene.
Tenemos que empezar a enseñar en otras claves, el arquitecto tiene que dirigir empresas, tiene que estar en puestos de responsabilidad.
En cuanto al profesorado, tengo dudas de que ahora se busque al buen profesional que dé clase, ahora todo deviene de unos méritos académicos.
Había un arquitecto, ahora no recuerdo el nombre, en la Escuela de Madrid, que decía «yo soy un profesional que vengo a dar clase». Ahora priman otros los méritos. La Universidad se ha burocratizado.
En los años 70, 80, 90, en Madrid estaban Carvajal, Fernández del Amo, Oíza, de la Sota. Profesionales que construían y dirigían la escuela, las cátedras, ahora se termina por impartir «cirugía» por profesores que nunca han operado.
En eso soy bastante crítico, las escuelas deberían cambiar, al menos en proyectos y construcción los profesores debería haber más profesionales que hayan ejercido, que conozcan los problemas reales para poder transmitirlos.
BLOQUE 3: SOBRE LA ARQUITECTURA DE VALLADOLID Y ARQUITECTURAVA.
Si no hay difusión por las administraciones ni un mayor apoyo por parte del Colegio difícilmente podremos hacer valer la arquitectura de Valladolid.
- ¿Qué opinas, en general, del repertorio de arquitectura en Valladolid?
Hay una arquitectura estupenda, lo digo como lo siento.
Hay cosas muy buenas y hay cosas muy malas, cosas excepcionales y otras que me cuesta digerir. Lo que me preocupa es que la administración no apoye la generación de buena arquitectura, que no convoque concursos de ideas, que se haga arquitectura para el ciudadano sin el ciudadano. Si se volviera a los concursos de ideas, como en los años ochenta, saldrían excelentes edificios porque hay un repertorio enorme de buenos profesionales.
- ¿Qué le falta a Valladolid que, en general, diste tanto cara al reconocimiento y calidad de otras ciudades y/o comunidades en nivel similar como Navarra o País Vasco?
Pedagogía. No se trata de calidad, sino de difusión. En Cataluña, por ejemplo, tienen canales de difusión, premios que dan una imagen exterior, y se llevan excelentemente bien entre ellos y difunden.
En Valladolid, ¿cuántas noticias sobre arquitectura tenemos?. Las páginas de nuestros diarios se llenan de estampas sobre méritos deportivos – fútbol- y fiestas relacionadas con el arte del buen comer o la tauromaquia; cuando no rememorar hazañas históricas que como decía Sergio del Molino se basan, en su mayoría, en que un día el rey de turno había parado en una fonda del lugar a tomar un trago de vino.
Si no hay difusión por las administraciones ni un mayor apoyo por parte del Colegio difícilmente podremos hacer valer la arquitectura de Valladolid.
- ¿Hacia dónde debería enfocarse la arquitectura en Valladolid los próximos años…?
Lo comentaba antes, los concursos de ideas. Técnicamente, habrá una mayor involucarción con la rehabilitación. Idealmente, deberíamos aceptar de que somos un gremio empleado por la sociedad.
- ¿ Algún edificio que recomiendes de Valladolid? ¿O algún autor? (Que no sea tuyo)
Hay muchísimos, si digo alguno voy a quedar mal (risas). Por ejemplo, me encanta el edificio de viviendas de Chema en Puente Colgante, silencioso, un magnífico encaje en la ciudad, … No sé, hay muchísimos, ese por ejemplo me parece muy meritorio.
- ¿Te atreverías a calificar otro como “desafortunado” o una oportunidad perdida?
En general, todas las arquitecturas que juegan con la forma aleatoria o el exceso de ornamentación, o su falta de sentido, que son bastante desafortunadas.
- ¿Crees que Valladolid cuida y difunde bien su arquitectura? (desde la época de patrimonio industrial a la actualidad; entidades públicas, colegios y colectivo arquitectos, los propios ciudadanos)
Me remito a lo comentado anteriormente
- ¿Qué opinión te merece ArquitecturaVA? Sin tapujos
Que es muy meritorio que estéis difundiendo la arquitectura de Valladolid, encima sin haber nacido aquí.
- ¿Alguna sugerencia? ¿Cómo podríamos acercar la arquitectura al público general?
Quizás se podría hablar con la prensa, con el Norte, tener una sección, una aparición semanal. En Burgos se hace.
CONCLUSIÓN
- Un libro, película, obra… apto para cualquiera
Últimamente sólo veo – y a la fuerza – películas de Bob Esponja, Frozen (ríe)
- Una cita que te inspire…
«Esto es para mañana», te aseguro que me inspira mucho. O «esto es para ayer»
- ¿A qué arquitecto nos recomendarías para continuar la sección de entrevistas? ¿Quién no debería faltar?
Cualquiera de los buenos profesores que hay en la escuela de arquitectura. Fuera de ella, muchos, pero si me das a elegir, Primitivo, por lo que ha hecho en la ciudad.
«Os puedo invitar a una caña si queréis», el mejor final a una estupenda tarde.
– bonus track –