ENTREVISTAS – Jesús de los Ojos
Llegamos al nuevo estudio de Jesús un día cualquiera del improbable verano de 2020. Nos ve desde el ventanal de una especie de entreplanta en un edificio con más de medio siglo de vida y nos recibe.
Viste pantalón y polo negros que combina con gafas y mascarilla a juego en el mismo no color.
Seguimos el extraño protocolo actual: saludo con el codo, gel hidroalcohólico y caras tapadas. Abre las ventanas y nos sentamos en torno a una gran mesa de reuniones. Distanciados los unos de los otros. Se van las mascarillas y por fin podemos vernos como las personas que un día fuimos. Nos ofrece una cerveza, la suya sin alcohol, las nuestras, con.
Tras los primeros sorbos nos cuenta la historia de este nuevo estudio en el que, una vez más, se ha reinventado. Hablamos de los paneles japoneses hechos con cortinas alicantinas, de listones de pino, carpinterías metálicas de los años 50 y de la preciosa luz que entra desde el garaje que da acceso al estudio en esos últimos minutos de la tarde.
Jesús mantiene la vitalidad de siempre con su característico sentido del humor agudo y acerado. Un tono calmado y reflexivo será el hilo durante toda la entrevista. El continuo movimiento en sus manos denota la expresividad de alguien que está acostumbrado a contar y a explicar la arquitectura. Y la vida.
BLOQUE 1: ACERCA DEL ENTREVISTADO.
Todo lo que miramos va generando una determinada estética, un gusto personal que tiene su reflejo en lo que haces.
- ¿Quién es Jesús de los Ojos? Defínete, diferénciate
Alguien que está siempre buscando, que tiene pocas ganas de pararse, que investiga, que inventa, que siempre está buscando nuevas opciones, tanto en el mundo de la arquitectura como en el de la docencia y en el personal.
- Eres el primer entrevistado en época post-pandemia apocalíptica, ¿Cómo has pasado el encierro?
Yo creo que en cuarentena todos hemos pasado por diferentes ciclos. Ha habido rachas malas y otras mejores. En un determinado momento decidí retomar los horarios de la época de estudiante, cuando me acostaba a las cinco de la mañana, porque estaba más tranquilo y trabajaba mejor por la noche que durante el día.
Para mí el peor momento fue cuando pudieron volver a abrirse las obras, porque no sabías en qué condiciones, si podías ir o no podías ir. Me generó bastante ansiedad. Pero en general bien, leyendo, dibujando, pintando, retomando cosas que no había hecho desde hacía un montón de tiempo.
- ¿Qué estilo tienes? Por lo que se te reconoce.
Yo no creo que pueda hablar de un estilo sino de algo que se va desarrollando en función de tu personalidad y tus gustos a lo largo del tiempo. Si echo la vista atrás y veo mi primera obra lecorbusieriana, tan blanca, tan ortogonal, con dobles alturas a lo Adolf Loos, con esa contundencia volumétrica, y la comparo con lo que estamos haciendo ahora que casi son obras ingrávidas de carpintería, sí que ha habido una evolución, pero no diría que eso pueda corresponderse con un estilo.
Está en la personalidad propia de nuestro estudio aprovechar el momento para hacer cosas nuevas, ligadas en muchos casos a temas paralelos vinculados a ámbitos sociales y culturales. Habitualmente trabajamos con presupuestos muy ajustados, hasta el punto de que muchas veces tenemos que retorcer las ideas para poder construirlas, indagando en cuestiones como la autoconstrucción, el diseño de mínimos, la reutilización, etc.
Por eso no creo que a todo este conglomerado de intereses se le pueda denominar estilo, sino más bien compromiso con la realidad que nos toca vivir en cada momento.
- ¿Qué te inspira a la hora de proyectar? ¿algo fuera de la arquitectura? ¿En estos meses has reflexionado de manera distinta sobre ello?
A mí me gusta mucho mirar, y no solo arquitectura. Mirar pensando; esa especie de paseo sin rumbo, observando todo el amasijo de situaciones que se originan en las ciudades. Yo creo que el deambular es una manera muy sencilla de nutrirse.
También me inspiran la música y el cine… En cuarentena me he aficionado a las series europeas… tienen mucha relación con la arquitectura. Las series suecas, noruegas, islandesas, muestran unos paisajes y unas arquitecturas increíbles.
También me inspiran las películas de Federico Fellini porque sus personajes siempre están envueltos en arquitecturas fantásticas. Algo parecido a lo que ahora está haciendo Paolo Sorrentino . Sus películas y sus series son la arquitectura de Roma en estado puro.
Todo lo que miramos va generando una determinada estética, un gusto personal que tiene su reflejo en lo que haces.
- ¿Cómo fueron tus inicios en el mundo profesional?, ¿tus primeras influencias?
Arriesgando, igual que ahora. Montamos un primer estudio, en Pilarica, donde pasábamos muchas horas haciendo concursos, porque no teníamos nada más que hacer.
¿Qué echo de menos de esa época? Ser joven, esa vitalidad, tener un mundo delante por descubrir.
- ¿Qué te parece cómo han cambiado en este tiempo las herramientas de trabajo?
En el estudio utilizamos todas las herramientas que tenemos a nuestra disposición como si se tratase de un laboratorio. No creo que haya habido dos proyectos que hayamos desarrollado de la misma manera: proyectos que se encajan a mano, proyectos que se empiezan con Autocad y se terminan con Photoshop, proyectos que se desarrollan con el montador en el taller conforme avanza la obra.
Utilizamos todo lo que podemos para expresarnos de la mejor manera posible en cada proyecto, herramientas analógicas o digitales, maquetas o montajes a escala real.
- Recientemente os habéis mudado a un nuevo estudio, incluso multi-localizado Valladolid-Burgos-Lisboa, y parece que Oaestudio ha dado un nuevo impulso. Cuéntanos cómo ha sido esa decisión o la meta que os ha motivado a este proceso.
Sí, funcionamos casi como una red. De entrada, Jairo, mi socio en Oaestudio vive en Burgos. Siempre tuvimos una complicidad especial y el contacto telemático lo llevamos trabajando desde hace mucho tiempo. Nos entendemos bien y siempre fue muy fácil.
Además, por el estudio han pasado muchas personas en los últimos años y por lógica se terminan por establecer vínculos que se mantienen posteriormente. Tampoco somos un estudio grande, de gran producción, así que hay momentos en los que la gente se une para desarrollar un proyecto en particular desde diferentes puntos geográficos.
Es un funcionamiento un poco caótico, pero con un caos organizado.
Ese funcionamiento en red nos ha servido para seguir funcionando en estos momentos en los que hay que ser capaz de adaptarse a las nuevas formas de trabajo on line. Cuanto más flexible es tu disposición, mejor te acoplas a los cambios.
- Actualmente, en esta época, ¿qué tipo de trabajo estás desarrollando?
En estos últimos meses con la pandemia se nos han caído varios proyectos, ya que estaban ligados a locales comerciales y restaurantes, justo los que más han sufrido con la cuarentena. La gente, en general, está a la expectativa, a ver qué ocurre, los movimientos son mucho más lentos. Para compensar el parón hemos desarrollado algunos concursos.
- ¿Los concursos son época pasada?
Hacer concursos es muy caro, muy cansado y muy frustrante en ocasiones.
Ahora elegimos los concursos de otra manera, con más cuidado. Respecto a los años posteriores a 2008, en los que, como había poco trabajo, se presentaban muchísimas propuestas, parece que se ha estabilizado y hay más posibilidades.
- ¿A qué proyecto le tienes más cariño?
Yo creo que es mi primera vivienda, en la calle Pilarica, porque se juntó todo: acababa de terminar la carrera, con ilusión, los clientes eran una pareja joven, con los que se creó una muy buena relación, y un constructor magnífico, que te hacía caso y del que aprendimos un montón. Una obra maravillosa.
- Además de la arquitectura ¿qué haces?, ¿el interiorismo?, ¿el diseño?, ¿proyectos culturales?, cuéntanos.
A partir de 2008 en plena crisis de la construcción nos dedicamos a trabajar con todas aquellas cosas paralelas a la arquitectura que nos interesaban y que creíamos que estaban vinculadas a nuestra profesión: arquitecturas efímeras, stands, exposiciones, diseño gráfico, diseño de mobiliario, de lámparas, diseño editorial.
Esa época fue de descubrimiento de otros campos y creo que ahora estamos adentrándonos en una época similar.
- ¿Crees que los locales que se hacen ahora tienen menos intensidad que lo que se hacía antes, en el siglo XX?
Nos hemos dejado ganar la partida por los decoradores; recuerdo la época dorada de los locales en Valladolid, Belín, Chema, Arnuncio, Roberto Valle … locales diseñados hasta el último detalle, con atmósferas únicas. Eran locales en los que te tenían que pasar cosas por el mero hecho de entrar.
Ahora triunfa un estilo que en el estudio denominamos “dorado tropical”: unas plantas de plástico gigantes, unos hierritos dorados, una botellita negra, un marco con moldura, bancos tapizados con motivos tropicales y algún elemento con pátina industrial.
Todos los locales iguales, sin estilo propio, copiando cosas que han visto en locales de Madrid, una marca visual sin ningún interés arquitectónico. No hay una idea espacial, todo es puro revestimiento.
- En lo que se refiere a tu trayectoria como interiorista, en los últimos tiempos destacas en la categoría BBB, proyectos de calidad, útiles, prácticos y con bajo presupuesto, Matilda, Gondomatik, La Otra… Cuéntanos, ¿echas de menos presupuestos más alegres?, ¿te preocupa que te encasillen?
No, ahora mismo no echo de menos presupuestos más altos. Creo que el lenguaje que manejamos nos permite ser muy flexibles y esta nueva materialidad nos da la posibilidad de trabajar otras formas, más orgánicas, más blandas, más adaptables, más humanas. Y por supuesto más ecológicas y sostenibles, también económicamente.
¿Podríamos volver a esas materialidades? probablemente, pero nos costaría.
En algunas obras en las que hemos dispuesto de un mayor presupuesto, aun trabajando con esos materiales, que podrían denominarse “povera” la puesta en valor ha surgido con el montaje. Exprimimos al máximo las posibilidades de cada material, utilizándolos de forma poco habitual, pensando mucho los encuentros, la manera de ensamblarlos, los detalles y los elementos de unión. Por eso, muchas veces, aunque los materiales sean “povera”, el presupuesto se nos va en una ejecución artesanal mucho más delicada.
- ¿Cuál es el local que más pena te da que se hayan “cargado”?
Recuerdo una galería de arte que hizo Gabriel Gallegos cerca de la iglesia de San Lorenzo, con una escalera maravillosa al fondo, al estilo de Siza, que terminó siendo una tintorería. Al menos hay que reconocer que no hubo mala intención en el dueño del negocio cuando lo adaptó. Lo adecuó como pudo para darle un nuevo uso e incluso llegó dejar la escalera detrás de todos aquellos trajes embalados en plástico.
En cambio, hay otros locales que eran fantásticos, (no me apetece decir ninguno en concreto, la lista sería larga), que se han destrozado a sabiendas con una buena dosis de soberbia y desprecio hacia el proyecto original.
BLOQUE 2: PROFESIÓN Y ENSEÑANZA DE LA ARQUITECTURA.
Es lógico que en la actualidad un arquitecto quiera hacer arquitectura contemporánea, porque es lo que estudiamos, y como especialistas tendemos a ir un paso por delante.
- ¿Qué le dirías a alguien que se pregunta para qué sirve un arquitecto?
Un arquitecto es una persona que ha estado durante muchos años forjándose una sensibilidad; también sabemos gestionar licencias y CTEs, por supuesto, pero lo que nos diferencia es esa sensibilidad que te puede ayudar a diseñar un espacio, una casa, un mueble o un jardín. Nuestro plus no es la gestión, en eso hay otras profesiones que lo hacen mejor; nosotros tenemos algo que otros no poseen, sensibilidad con el espacio, con los colores, con la ciudad. …
- ¿Cómo ves la relación entre el arquitecto y la sociedad? ¿Crees que todo esto que ha pasado ha producido o producirá algún tipo de cambio? Tanto como personas como como arquitectos.
Es lógico que en la actualidad un arquitecto quiera hacer arquitectura contemporánea, porque es lo que estudiamos, y como especialistas tendemos a ir un paso por delante. El problema no está en los clientes a los que la arquitectura contemporánea les suena a chino. Eso hasta cierto punto es lógico. Sus códigos son de entrada diferentes a los nuestros. Desde mi punto de vista es que hay profesionales que no dedican ni cinco minutos a explicar sus ideas, no luchan por ellas y prefieren adaptarse a los gustos del cliente. En el fondo les lleva mucho menos trabajo.
Nosotros hemos entendido, gracias a la experiencia con el primer estudio donde trabajé, que la primera fase de contacto con el cliente es fundamental. Mostrar imágenes, a veces ni siquiera de arquitectura, poner en situación al cliente, seducirle. Hay que trabajar con el cliente, pero a veces no se hace porque parece que siempre hay prisa; nosotros le dedicamos mucho tiempo a los preliminares.
- Qué le aconsejas a un estudiante de primer año de Arquitectura o a un recién titulado que se pregunta ¿y ahora qué hago?
A uno de primer año, le diría que pierda el miedo, que no sienta recelo a la hora de experimentar, investigar, crear, descubrir . Para ponerte límites ya tendrán tiempo con los ayuntamientos y las normativas …
- Has llevado muchísimos fines de carrera, ¿cómo lo llevas? ¿Sabes el número de los que se han hecho arquitectos gracias a ti?
Me encanta dirigir pfcs. Es otra liga; ya no les tienes que enseñar; les guías, hablas de tú a tú con personas que ya tienen su propio bagaje; les dejo mucha libertad, dentro de unos límites bastante amplios. Normalmente son alumnos que ya me conocen y quieren experimentar porque es el último proyecto de la carrera; aunque sepan que el experimento les vaya a llevar más trabajo.
- ¿Hacéis porra con quién tiene los tutorados con mejores notas? ¿hay piques entre tutores?
No, no. Es más, creo que nunca he hablado del tema notas con otro tutor. Yo creo que el trabajo del tutor debe llegar hasta el momento en que el alumno entrega, de ahí en adelante no debes entrar ni en competiciones ni en discusiones, el tribunal es soberano.
- ¿Qué supuso realizar la tesis? Personal, académica y profesionalmente.
Empecé investigando un tema que me interesaba, relacionado con el poder de lo matérico en las arquitecturas de los años 50. Fui buscando el origen de todo aquello que me fascinaba, Ronchamp, los Smithson, Lewerentz, Mendes da Rocha. Y en esa búsqueda hacia atrás llegué a la Inglaterra victoriana, con la Red House de William Morris, Webb y los Arts & Crafts. La tesis acaba justo en el punto en que todo tenía que haber comenzado, en 1952, cuando se termina la Unidad de Habitación de Le Corbusier.
Lo que iba a ser la introducción terminó siendo el tema central de la tesis cuando empecé a descubrir la influencia que la arquitectura vernácula de Inglaterra y Alemania de principios de siglo tuvo en los orígenes de la arquitectura moderna.
- Más allá de su utilidad académica e investigadora. Los temas que te interesan en tu tesis, ¿en qué proyectos puedes desarrollarlo mejor?
El vínculo se establece a través de la recuperación de arquitecturas anónimas, el Re-use. Descubrir edificios que parecen anodinos y merecen hacerse valer, edificios sencillos que podemos considerar arquitectura vernácula en tanto en cuanto parten de una tradición constructiva sólida y sincera.
Terminas apreciando la arquitectura anónima, y por ende el trabajo del artesano. Yo creo que por eso nos gusta tanto trabajar con carpinteros; son los últimos artesanos.
- ¿Te la has vuelto a leer entera?
Leo partes de vez en cuando para alguna charla, clase, … pero de un tirón no.
BLOQUE 3: SOBRE LA ARQUITECTURA DE VALLADOLID Y ARQUITECTURAVA
El SATE está dando resultados aberrantes.
- ¿Qué opinas, en general, del repertorio de arquitectura en Valladolid?
Valladolid tiene cosas tapadas con una especie de velo, a lo Christo, que no se ven a simple vista y que a este paso pueden acabar por desaparecer ya que son arquitecturas anónimas. El desarrollismo de los 60, tan denostado, generó edificios muy interesantes, o al menos, mejores que muchas de las cosas que se están haciendo ahora. Valladolid tiene arquitectura muy buena de esa época, arquitectura residencial e industrial que con cierta dificultad empieza a ser reconocida. Aquí al lado en la avenida Reyes Católicos se puede ver un ejemplo de lo que digo. Esos bloques de ladrillo marrón con grandes balcones y contraventanas de madera. Podría ser perfectamente una calle de Copenhague.
- ¿ Algún edificio que recomiendes de Valladolid? (Que no sea tuyo)
El Centro Cívico de Parquesol, las dos fases. La primera fase ya empieza a tener ese punto de arquitectura de la que hablábamos antes, del artesano, del aparejo. El edificio y el espacio, la plaza, esas vistas bajo la escultura de Julio Prieto, …
- ¿Te atreverías a calificar otro como “desafortunado” o una oportunidad perdida?
En Valladolid hay arquitectura muy interesante que se debe poner en uso y rehabilitar. El SATE está dando resultados aberrantes. A ver qué pasa con todos los edificios de ladrillo que se están forrando de aislante pintado o de paneles de colorines. Va a terminar por desaparecer la identidad de algunos barrios de la ciudad.
En este sentido, a nosotros nos gusta la manera de rehabilitar edificios modernos de Lacaton y Vassal, haciendo arquitectura de calidad cumpliendo con los estándares de sostenibilidad.
- ¿Qué opinión te merece ArquitecturaVA? Sin tapujos, haznos la pelota
Sois el Docomomo paralelo de Valladolid, esa labor de catalogación de la arquitectura más actual es muy importante y además el matiz crítico, que le habéis dado le aporta un mayor valor.
Está muy bien que alguien lo pensara y lo hiciera.
- ¿Alguna sugerencia? ¿Cómo podríamos acercar la arquitectura al público general?
Ahora no se lleva nada, pero yo siempre pienso “y si lo hicieran en papel”, un catálogo de edificios de Valladolid, sería ya el punto “gourmet”. Como un coleccionable; me suscribiría seguro. O tener un espacio en un periódico, sería la forma de tener ese vínculo directo con la ciudadanía.
CONCLUSIÓN
- Un libro, película, obra… apto para cualquiera
Rayuela, porque siempre puedes leer un trozo, empiezas y acabas cuando te apetece.
Una película, soy más de cine europeo, La Gran Belleza.
- Una cita que te inspire…
No tengo memoria y no me gusta aprendérmelas, …
- ¿A qué arquitecto nos recomendarías para continuar la sección de entrevistas?
o… ¿Quién no debería faltar?
Gabriel Gallegos Borges.
Gracias, Jesús, por tu hospitalidad.