Centro Cultural La Vaguada, Simancas

Autor: Gabriel Gallegos Borges

Colaboradores: Juan Carlos Sanz, Gabriel Gallegos Alonso, Cristina Colino Agudo, Alexis Abril García

Tipología:

Fechas de comienzo/fin:2010

Localización: Calle de Cañuelo, 8, 47130 Simancas, Valladolid

Premios:

Primer Premio Concurso Nacional de Ideas convocado por el Ayuntamiento de Simancas

FINALISTA en la V edición de los Premios de Arquitectura Ascensores ENOR.

Publicaciones y enlaces:

Premios ENOR 2011

Galería Proceso Constructivo

Fotografias Rubén Hernández Carretero

Libro con fotografías, planos, dibujos y textos: «Centro Cultural de Simancas, Gabriel Gallegos Borges» [coord, Jesús de los Ojos Moral, Jairo Rodríguez Andrés, Gabriel Gallegos Borges], Ayuntamiento de Simancas, 2011


Ha escrito este artículo: Pedro Iván Ramos

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La historia de este edificio comienza con el Concurso nacional de ideas convocado por el Ayuntamiento de Simancas y al que se presentó lo más granado del panorama arquitectónico de la región.

El proyecto ganador fue el más analógico de todos cuantos se han presentado en los últimos años a un concurso de estas características. Los paneles, dibujados a mano (tanto plantas como secciones y vistas) compitieron contra el despliegue gráfico habitual en estas ocasiones. El lápiz afilado y la línea intencionadamente temblorosa eran una firme declaración de intenciones de lo que se planteaba: un edificio anclado en lo más profundo de las raíces vernaculares. Un edificio de los de la vieja escuela. un edificio que resultó ser magnífico.

Pero no fue sencillo. La empresa contratista quebró, la siguiente volvió a quebrar y entre medias pasaron bastantes años en los que la estructura de hormigón contempló el paso del tiempo como actualmente contempla el paso de los coches por la autovía. Finalmente se pudo culminar la obra que el arquitecto mimó con continuas visitas y con un exacerbado ahínco en la definición del más mínimo detalle.

El edificio alberga dos usos antagónicos como son una silenciosa y apacible biblioteca y un animado teatro. Se conforma así un centro cultural con dos usos muy diferenciados que no se mezclan y que se adapta a un complicadísimo solar con una brutal pendiente.

Gracias a esta particular orografía de la parcela el edificio plantea dos vías de relación con su entorno. Hacia la vaguada se alza majestuoso en una imponente escala monumental en la que un gigantesco ventanal de madera amabiliza en cierta medida el abstracto alzado desde el cual se accede al teatro.

Unos lienzos de tela metálica protegen del soleamiento excesivo a la biblioteca y una plataforma sirve de base a una pequeña escultura alegórica de ese uso.

Bordeando el edificio, éste vuelve su cara hacia el tejido medieval del pueblo. Así, ascendiendo por su lateral la escala va disminuyendo hasta que, de forma coqueta, se realiza la entrada al zaguán previo a la biblioteca. Un ejercicio sublime de sutileza en el que se crea un espacio intermedio con elementos, literalmente, de pueblo (las tejas, la tirolina a modo de encalado, los huecos conformados con ladrillo… y la fuente). Esa escala bajísima se expande brutalmente al entrar en la gran sala de lectura abriéndose hacia el paisaje.

En el edificio, como en todas las grandes obras del autor, hay guiños indisimulados a grandes piezas maestras de esa Arquitectura que se escribe con mayúscula que pueden ir desde el estudio de Alvar Aalto en Helsinki a la ventana de Lewerentz en Sankt Markus.

Se trata, en definitiva, de un edificio para paladares exquisitos. Sin duda, uno de los mejores que es posible visitar en la región y una clase magistral de cómo construir de una manera sincera con la nobleza propia de los materiales empleados.

Fotos cortesía de Pedro Iván Ramos

2 comentarios en “Centro Cultural La Vaguada, Simancas

  1. Pregunta curiosa que tal vez solo sepa responder el autor del edificio: ¿que reflexión/razón hay tras el gallo que aparece en la fotografía 10 junto a lo que parece ser un ventanuco? Recuerdo haberlo visto reflejado también en el libro que OaEstudio editó para este edificio.

    1. El origen eel gallo no lo conozco, pero seguramente tenga una buena historia detrás.
      Es un elemento recurrente en la iconografía particular del autor.
      En este caso ese ventanuco se proyectó desde un primer momento para que el gallo pudiese rendir merecida pleitesía al astro Rey.

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