NOSTALGIA: El Niza

Hace años, allá por 2003 la pizzería Niza era un negocio que funcionaba más o menos bien y que tenía buena fama como local donde comer una pizza en condiciones.

Ante esta prosperidad la propiedad adquirió un local y le encargó un protecto de interiorismo al arquitecto Jesús de los Ojos. La propuesta para el nuevo local se basaba en un impecable trabajo de carpintería, unos sobrios acabados y una cuidada elección de mobiliario e iluminación en la que las sillas y las lámparas tenían un gran protagonismo.

© Pedro Ivan Ramos | Fotografia | luz10.com

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El local se caracterizaba por un suelo de piedra de calatorao, una serie de asientos corridos que optimizaban y articulaban el espacio, un techo negro y revestimientos de madera. Estos elementos de obra, junto con la pieza del mostrador de recepción definían el alma del nuevo restaurante.

© Pedro Ivan Ramos | Fotografia | luz10.com

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La cuidada elección de la sillería y mesas junto a los paños de vidrio en los que un gran trabajo gráfico de Alicia Cerdá remarcaba la imagen corporativa que se creó en el estudio a la vez que el proyecto del local trataban de forma global estos dos aspectos.

© Rafaela Bompiani

© Rafaela Bompiani

© Raffaella Bompiani

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Gracias a este nuevo local la facturación del negocio se disparó, se doblaron los turnos de comidas y la propiedad pudo expandirse y abrir nuevos locales.

© Raffaella Bompiani

© Raffaella Bompiani

© Raffaella Bompiani

© Raffaella Bompiani

Lamentablemente hace no demasiado tiempo una calamitosa reinterpretación del concepto interiorismo se adentró en el mundo kitsch y folclórico destartalando un elegante local y transformándolo en una buena muestra de vacuidad y nadería.

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